10:30 de la noche. Estaba prendida de la última botella de champagne, había acabado con las latas de cerveza de Zac y había continuado con el champagne. La última botella, normalmente no tomaba nada de alcohol, no me gustaba. Pero hoy me contradije, en vez de bailar me puse a beber, mala opción ya que me disponía con mi estado de ebriedad hacia el supermercado a comprar más alcohol.
Caminaba por la primera cuadra, cuando un trueno me sorprendió y luego una lluvia suave pero abundante empezó a caer sobre mí.
Yo: Malditas lluvias de veranooo! -Grité en el medio del barrio-
No habían autos en las calles, las casas estaban con las luces encendidas, probablemente se encontraba cada uno con su familia, disfrutando de la cena. Las lágrimas no dejaban de caer por mis mejillas. Mientras la lluvia me cubría por completo, yo seguía caminando con la botella de champagne en la mano, tomando lo poco que quedaba.
Cuando creí que no podía estar peor, metí uno de mis pies sin saberlo en un poso, provocando que callera, el taco de mi sandalia se quebrara y no solo eso, sino que al caer al suelo la botella de champagne se rompió cortándome las manos. Estaba rendida, ya no quería ni caminar, quería que algo me pasara por arriba. Debido al estruendo de la botella al quebrarse, la casa por la que pasaba se enteró, y alguien vino a recogerme del suelo.
Xxx: Tranquila, no llores, todo está bien -Me decía mientras me levantaba en sus brazos-
Yo: J..Justin??
Genial! No solo estaba cortada, mojada, destrozada, sino que también estaba demasiado ebria como para estar alucinando!
Xxx: Qué haces aquí? Dónde vives Vanesa!? -Me preguntaba mientras caminaba conmigo en brazos bajo la lluvia-
Yo: 1330 -Le dije el número de puerta, entre sollozos-
Xxx: Shh tranquila, ya llegamos.
Me recostó completamente mojada sobre el sofá me quitó el vestido, los zapatos, se fue por unos momentos y luego regresó con una manta en sus manos para luego taparme con la misma.
Yo: Gracias –Le dije, sin saber con claridad quien se encontraba en frente de mi-
Aún no sabía si era Justin, o era producto de mi ebriedad.
Xxx: Que hacías bebiendo Vanesa!? Estas loca? Casi te mueres ahí en la lluvia, toda cortada! Míra tus manos! –Estaba furioso y yo muy sensible-
Yo: L...lo siento - Y comencé a llorar de nuevo-
Xxx: Shh...shh esta bien, no llores.
Colocó sus brazos alrededor de mi cintura presionándome más contra su cuerpo y enterró débilmente su cabeza en mi cabello mientras mis lágrimas empapaban su hombro. Lo había tocado, escuchado y sentido, después de 2 años eternos. El estado de ebriedad no me engañaba, era él, podría apostarlo por millones de dólares. Mi estómago se revolvió lleno de emociones y recuerdos, provocando que mis lágrimas se soltaran sin ningún control por mi parte haciendo que mi respiración se agitara y comenzara a ahogarme en mi propio llanto.
Justin: Tranquila –Decía intentando hacer algo- Sé por lo que estas pasando, solo tranquilízate.
Claramente lo decía por que sabía con detalles la historia de mi familia y mi particular odio a las navidades, obviamente! Yo misma se lo había contado. Pero no tenia ni idea de la clase de sentimientos que estaba reviviendo al tenerme abrazada así, junto a su pecho.
-Narra Justin-
Me encontraba con mi madre, la familia de mi padre, y Brenda disfrutando de la cena, si se puede decir que estaba disfrutando, porque la verdad mi madre me tenía las bolas realmente paspadas en lo que comenzaba la noche. Era increíble lo desesperada que estaba para que consiguiera una pareja estable. Había conocido a la chica hace unas semanas y ya la invitaba a pasar la navidad con nosotros, haciéndole cumplidos a Brenda para que yo los notara y los destacara también, hablando de un futuro que por lo menos yo no planeo que exista, es decir, la conozco hace cuanto? 2 semanas!? Por favor. Pero me es imposible estar con alguien más de unos pocos días, probar lo buena que es en la cama y fuera buena o mala la botaba de todos modos. Era una locura, pero me había acostumbrado a eso.
Creo que fue hace 2 años que tuve una pareja estable, y cómo no tener algo estable con esa chica, Vanesa era asombrosa, no sólo me enamoré de ese increíble trasero, en fin, de ese magnífico cuerpo, sino que me enamoré de su sonrisa, de sus gestos, de su personalidad, de ella. Fue la única chica que me volvió loco literalmente, y yo como un idiota le prometí todo, la hice creer en que podía enamorarse, y cuando finalmente la enamoré y conseguí lo que quería, le dije un simple y mentiroso "ya no te amo" dejándola destruida en mil pedazos. Pero no me di cuenta que ese "ya no te amo" era mentiroso, cuando realmente la perdí. Fue la última vez que la ví.
-Flash Back-
Vanesa: Lo siento -Me dijo al chocarse conmigo queriendo salir del jardín-
Justin: No importa, oye, por qué huías de mi? -Le pregunté-
No sabía que decirle, simplemente quería hablar con ella. Me nacía hacerlo, lo necesitaba. Estaba ahí como un idiota, intentando sostener una conversación que no duraría mucho.
Vanesa: Qué quieres? -Me dijo tímida, pero firme-
Justin: Estas... estas hermosa -Dije como un tarado-
Su cara cambió, ahora estaba enfadada. Y cómo no estarlo, si después de destrozarla intentaba hablar con ella, y hacerle cumplidos. Seguramente la esté volviendo loca.
Vanesa: Juegas conmigo, no?
Justin: Claro que no! De verdad estas muy bonita -Dije sonriendo igualmente idiota como me encontraba hace segundos-
Noté que temblaba y su piel se erizaba.
Justin: Tienes frío? -Al ver que temblaba como vibrador- Toma -Me quité mi saco y se lo puse sobre los hombros- Mejor?
Vanesa: Desde cuando te importa si estoy mejor? -Definitivamente estaba enfadada-
Justin: Ví que tenías frío y te ofrecí mi abrigo amable, tan malo es eso? -Me puse más nervioso-
Vanesa: No te hagas el tonto, sabes bien que apenas puedo mirarte a la cara! y si estoy temblando no es porque tenga frío, sino porque tú provocas que tiemble hasta el último centímetro de mi cuerpo! Así que toma tu estúpido saco -Me lo entregó con furia- Y no te hagas el galán conmigo, porque no me acostaré contigo otra vez, si eso era lo que querías!
-Fin del flash back-
Se fue casi que huyendo de ahí. Esas palabras me llegaron al alma, y desde ese momento me enteré de todo el daño que le había hecho, desde ese momento sabía que no la volvería a ver más.
Mi plato de comida estaba vacío, perfecto! Una oportunidad para escapar de allí, por lo menos por unos segundos y tomar un poco de aire.
No hay comentarios:
Publicar un comentario