Justin: No es muy tarde para estar despierta? –Dijo serio-
Yo: No, para mi no –Contesté mirando la tele nuevamente-
Justin: Que fue eso? hoy en la cena –Agregó-
Yo: Eso qué?
Justin: William te llama, y dices que tienes sueño, sube Chris, y bajas abrazada con él. Y luego el me pide que me cambie de lugar, porque tu no quieres sentarte al lado mío. Dime, hice algo mal?
Yo: No, es solo que…
Justin: -Interrumpió- Sabes lo mal que me sentí cuando me dijo eso? Sabes lo mal que me sentí cuando tu y él, uno de mis mejores amigos, se tomaban de la mano durante toda la cena?
Yo: Me dejas hablar si o no!? –Dije elevando mi tono de voz-
Justin: Aplausos! Una vez que quieres hablar! –Dijo exagerando-
Se me cayeron las lágrimas, no se porque pero estaba muy sensible, me levanté dispuesta a irme, pero él me tomo del brazo…
Justin: Lo siento, no quise que lloraras, no me gusta que llores, es que no sé que te pasa, y estoy desesperado!
Yo: Es que… -Secándome las lágrimas-
Justin: Ven, siéntate –Sentándose en el sofá-
Me senté y respiré hondo.
Yo: No me siento muy bien, es solo eso.
Justin: Estas enferma!? -Preocupado
Puse una cara como de, que idiotas son los hombres, y dije…
Yo: Noo, solo me duele la panza –Mentí-
Justin: Bueno, y por qué no me lo dijiste desde un principio?
Yo: Yo.. no lo sé –Miré el suelo-
Justin: Bueno, quieres que te suba el ánimo?
Yo: Cómo? –Dije expectante-
Justin: Así
Justin comenzó a besar mi cuello, pasando sus manos por mi cintura y subiéndome en su falda, aún sentados en el sofá. Un escalofrío invadía mi cuerpo cada vez que sus labios rozaban mi cuello, no podía parar, simplemente no podía. Le quité su remera y comencé a besar sus abdominales, haciendo que se estremeciera, me desabrochó parte de mi enterito, dejando mostrar mi sujetador.
(Para las que no saben que es un “enterito” es esto:)
(Digo por las dudas jaja)
Me desabrochó parte de mi enterito dejando mostrar mi sujetador, acarició mis pechos por encima de mi sujetador y se dispuso a sacármelo. Mientras lo quitaba, volvió mi sentido común, y literalmente PARÉ TODO.
Yo: No, lo siento Justin! No puedo, lo lamento –Dije sacando sus manos y abrochándome el enterito-
Justin: Qué? Dime que es una broma! Por que no puedes? –Dijo extrañado-
Yo: Es que yo… no puedo –Dije yéndome-
Me tomó del brazo nuevamente.
Justin: Escucha, yo no te voy a obligar a nada, pero necesito que me digas por qué? A ti no te duele la panza, o si? –Me miró dudoso-
Yo: No, bueno, si, pero no como tu crees.
Justin: Eh? Ya me mareé, y si me explicas de una buena vez?
Vamos Vanesa, no des mas vueltas! Suéltalo de una buena vez! –Me decía a mi misma-
Yo: Yo, estoy menstruando Justin!
Se hizo una pausa algo incómoda.
Justin: Era eso? Tan difícil era decirme eso?
Yo: Es que no sé, me daba… vergüenza –Roja de vergüenza-
Justin: Vergüenza? Si a todas las chicas les pasa! –Me miró sonriente-
Yo: Pero, decírtelo a ti, me deba vergüenza –Mirando el suelo-
Justin: Jaja eres una tonta! –Dijo dándome un abrazo-
Yo: No estas enojado?
Justin: Por qué lo estaría?
Yo: Tu sabes… No pudimos…
Justin: Jaja no todo es sexo, yo disfruto solo estando contigo, no me hace falta el sexo, aunque admito que es un excelente plus! –Dijo riendo-
Yo: Jajaja te amo!
Justin: Y yo a ti bonita, y yo a ti. –Abrazándome-
Y así pasó un mes, con nuestras peleas y discusiones tontas, celos de chicos por parte de él y celos de chicas por parte mía, pero nos amábamos. Nos encontrábamos casi todas las noches para hacer el amor en nuestro lugar especial y nos levantábamos a las 7 de la mañana del otro día, para no ser descubiertos. Visitamos México, Nicaragua y Panamá, todo un recorrido por las hermosas costas del caribe. Sam cada parada que hacíamos conseguía un chico nuevo, para engañar a Chaz, yo solo observaba en silencio, el engaño y la traición de ella hacia su novio, que la amaba tanto, y según él la esperaba hasta que estuviera lista para hacer el amor, yo solo me lamentaba, sabiendo que Sam ya no era virgen, cada día me contaba sus aventuras con sus chicos, de cómo la hacían sentir cuando le hacían el amor, y lo que mas me asustaba era que para ella era tan normal tener chicos, teniendo ya un novio, ya era como una costumbre para ella.
Ya faltaba un día para llegar a casa, ver mi cuarto que lo extrañaba tanto, mi computadora, volver a mi trabajo, volver a deslizar mis dedos nuevamente por una barra de ballet, volver a meter mis pies en esas apretadas zapatillas de punta, volver a bailar…
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